“Tenemos que decirte algo”

La sorpresa en su cara cuando entraron y me vieron sentado esperándolos no me causó la satisfacción que esperaba. Me decía que creían que yo no sabía, que lo que vendrían a decirme sería noticia. Me sentí, por la enésima vez en mi vida, subestimado. Mi furia subió un grado. Mi garganta se secó y…