-Vayan tranquilos, yo los espero aquí. -¿Seguro? -Seguro. Pa’ qué vamos a ir los tres, ni que fuera un cargamento. Mi viejo iba a abrir la boca para protestar. Imagino que de su boca saldría algo al estilo de te vas a quedar aquí solo con este calor, o encerrado cual perrito o algo así.…
Detrás de la puerta
Clic. El sonido fue lejano, casi tímido. Lo suficiente para ignorar. Si no se hubiera repetido casi de inmediato. Con un hermanito que lo acompañara. Clic-clic. La pareja fue suficiente para hacerme subir la cabeza. No había sido mi imaginación, ni era el sofá en el que estaba sentado. Cuando sonó una tercera vez --clic…